martes, 16 de febrero de 2016

Entrevista investigadora

Se publica en la web 'Terra liberada' una entrevista con una investigadora de la cual reproducimos un extracto:

El tratamiento informativo sobre el movimiento independentista Resistencia Galega es heredero de las dinámicas creadas durante 40 años de cobertura del conflicto vasco. Esta es una de las conclusiones a las que llega la investigadora Helena Domínguez en su tesis "La construcción mediática del conflicto político en Galicia: el tratamiento de Resistencia Galega en la prensa", que acaba de presentar en la Universidad de Santiago de Compostela.
  
¿Por qué te decidiste por el tema del tratamiento mediático de Resistencia Galega? ¿Por qué optaste por analizar tres medios de prensa: “La Voz de Galicia”, “ABC” y “Novas da Galiza”?
  
Para seleccionar a los medios de comunicación, tuve en cuenta que fuesen ideológicamente diferentes, tanto respecto al eje izquierda-derecha como a la esfera de medios dominantes y medios alternativos. De la izquierda nacionalista sólo tenía a “Novas da Galiza”, porque “Praza pública” y “Sermos Galiza” llevaban poco tiempo. Al diario “La Voz de Galicia”, lo escogí por un motivo sociológico: es el medio que más se lee en Galiza. Por su parte, el “ABC” es el único medio estatal que mantiene una delegación gallega. 

Es lo que tú llamas modelo de propaganda. ¿En qué aspectos se acerca la prensa  gallega a ese modelo?

El modelo de propaganda, tal como lo ha definido Chomsky, incluye varios filtros que impregnan el contenido de los medios y hace que desempeñen un rol propagandístico a favor del Gobierno. Uno de estos filtros es la confianza ciega en las fuentes de información oficiales. Los medios de comunicación reproducen de modo acrítico las notas de prensa de las fuerzas de seguridad españolas, sin tener en cuenta que esas notas son resultado de los intereses del Estado. No se buscan fuentes alternativas, no se contrasta la información. Esto permite a los medios ahorrar costos y al Gobierno asegurarse que triunfa su versión de los hechos. Así, se producen numerosos errores, que - además - no se rectifican.

Otro filtro es la polarización. Chomsky lo explicaba como una división del mundo entre “comunistas” y “demócratas”, desde unha lógica de “o estás comigo, o estás contra mí”. Pues, en este caso, la polarización es, “o estás conmigo, o eres un terrorista”. En el Estado español, el Partido Popular (PP) presentó mociones de condena a Resistencia Galega en los municipios, departamentos, Parlamento, Senado… lo que hizo amplificar el fenómeno del “terrorismo en Galiza”, conseguir que se hablase de ese problema…

En las fuentes informativas hay una diferencia muy grande. Otra diferencia es que los medios dominantes presentan la violencia como algo irracional. No intentan explicar el contexto. Lees una noticia sobre un sabotaje en La Voz de Galicia, por ejemplo, y no entiendes nada. Pero si lees la misma noticia en Novas da Galiza, ves que el sabotaje se hizo en una urbanización que se está construyendo en unos terrenos con valor ecológico… Es un ejemplo. La cuestión es que la prensa dominante no cumple su función de hacer una aproximación comprensiva, de explicar lo que pasa, que no es justificarlo. Como no quieren “legitimar la violencia”, lo que hacen es simplificar, en vez de contextualizar. Otra diferencia es que los medios dominantes no se ocupan de lo que pasa en las cárceles. No salen noticias de los colectivos de ayuda a los presos, familiares… Para la prensa dominante, lo que pasa dentro de la cárcel no importa. Solamente interesa para criminalizar o estigmatizar. 

La polarización está clara: o eres un demócrata o un terrorista, o apoyas a los terroristas. O eres bueno o eres malo. No hay matices. Los buenos son los míos; los malos son los otros. Los estereotipos también están claros. Y muchas veces, con la escusa de atacar a Resistencia Galega, sale la gallegofobia. Un ejemplo es que, en los artículos de opinión que he analizado, no se utilizaba el idioma gallego, que solamente aparecía para ridiculizar o estigmatizar a los activistas, con palabras como “jarraiciños”. 

¿En qué consiste, en concreto, la desinformación? En tu tesis, te refieres a la falta de respeto a la presunción de inocencia, a atribuciones erróneas de acciones terroristas y a falta de rigor en los datos.

Para el caso del conflicto vasco, esto está bastante estudiado y los autores definen la desinformación de manera diferente. No explicar las causas del conflicto ya es desinformación. Como también lo es no respetar la presunción de inocencia, o atribuir a Resistencia Galega acciones que no le corresponden, o amplificar el fenómeno… Las prácticas de desinformación vienen muchas veces derivadas de la acomodación entre partidos políticos, policía y medios de comunicación.

Las cosas que se hacen, también son orientadas a los medios de comunicación. Hay muchos casos. En una ocasión, detuvieron a un activista, cuando estaba de noche con sus amigos. Lo llevaron a su casa para hacer un registro y, cuando llegaron, allí ya estaba un fotógrafo del diario “La Voz de Galicia” y otro del “Faro de Vigo”. Era obvio que la policía había avisado a  los medios.

Otro caso es el de una pareja, en la ciudad de Ferrol, que tenía un bebé de pocos meses y fueron detenidos y acusados de terroristas. Y, cuando todavía estaban con el registro de la vivienda, ella empezó a recibir llamadas de amigos, porque la nota de prensa de la detención había sido difundida al mismo tiempo que se estaba realizando la operación policial. Al final, era todo mentira, pero su nombre  sigue saliendo en Google asociado al terrorismo.

No entro a valorar las sentencias judiciales. Lo que me interesa son las malas prácticas periodísticas, y  los ejemplos de estas son abundantes. Unha vez detuvieron a un joven en relación a un atentado y, para ilustrar la información, publicaron una foto de una conocida asociación de Santiago de Compostela -llamada “A Gentalha do Pichel”- dedicada a hacer activismo cultural,”; la asociación no tenía nada que ver con aquel asunto, pero aprovecharon para publicar la foto simplemente porque  el joven detenido vivía cerca.

Otro ejemplo claro es la invención de organizaciones terroristas. Lo hizo, por ejemplo, el diario “La Voz de Galicia” con una supuesta organización  a la que llamaron FAI. El periódico dijo haber recibido un comunicado de ese grupo apoyando el proceso “Espiral”, que era un intento de unificar el independentismo gallego. ¡Y qué casualidad que se hubiese vinculado a un grupo terrorista inexistente con el independentismo!  En otra ocasión, unos muchachos fueron acusados de pertenecer a un grupo terrorista del que ni siquiera habían oído hablar… y se les hicieron acusaciones tan ridículas que serían motivo de risa, si no hubiesen afectado a la vida de muchas personas.

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